Curso y Rescate SOS

Dos veces he sentido que el final podía estar cerca. El aprendizaje que saqué de una de ellas, la que te contaré a continuación, sigue marcando mi día a día como profesional año tras año.

Verano de 2012. Madrugamos y nos dirigimos a los Baños de Panticosa con el objetivo de ascender el pico de los Infiernos.

Un pico que realmente está formado por dos, uno llamado Occidental y otro Central, unidos por una fina arista de mármol que dota a este 3000 del Pirineo de personalidad propia.

A priori es una ruta complicada por ser larga, con alguna trepada fácil según varias opiniones que pude ver en Wikiloc.

Comenzamos (8h:30).

El plan es hacer una ruta circular que nos llevará por una zona de ibones preciosa. Imposible no hacer fotos a cada paso, lo que nos hace perder un tiempo precioso.

Llegamos al Infierno Central sobre las 16h:00.

Toca descender, comienza la pesadilla.

Comenzamos siguiendo una estela de hitos (piedras apiladas que marcan el camino) que desaparecieron de repente y nos llevó a un callejón sin salida.

Media vuelta otra vez a subir al pico 17h:30…

Una vez arriba, esta vez sí conseguimos dar con la senda correcta.

Comenzamos a bajar por una chimenea (grieta vertical) medio andando medio destrepando hasta que llegamos al final.

Final que debería dar comienzo a una zona sencilla de bajada, sin embargo para nuestra sorpresa nos encontramos con un gran nevero en pleno agosto de unos 100 metros de longitud.

No tenemos forma de sortearlo. Son las 19h00.

Hay un islote de piedras a unos 20 metros asi que decidimos avanzar haciendo surcos en la nieve a modo escalones sobre los que avanzar.

Llevo solo unos metros y de repente resbalo. Todo sucede muy rápido. No me da tiempo a pensar en lo que está pasando cuando entro en el islote de piedras a toda velocidad. Gracias a dios me frena y aunque me hago alguna herida son solo rasguños.

Son las 19h15 y estamos asustados. Si no fuera por ese islote hubiera caído los 100 metros y las heridas serían de otra consideración.

Comenzamos a gritar pidiendo ayuda.

Sin respuesta.

Decidimos llamar a la Guardia Civil para que nos rescaten.

Sin cobertura.

Aunque sea verano no tenemos material como para hacer noche, descartamos dormir allí.

No queda otra que seguir cavando agujeros en la nieve, más profundos, ir más despacio, más concentrado.

Allá voy.

Son las 19h:45 y por el cansancio acumulado vuelvo a resbalar.

No hay islote que me frene y hay más metros de caída hasta un final lleno de piedras esperándome.

Pero esta vez mi cuerpo reacciona de forma diferente. Agarro mi bastón con fuerza y en un acto de supervivencia lo clavo en la nieve “como” si mi vida dependiera de ello.

Esto no frena mi caída del todo pero si desacelera la velocidad que llevaba, lo que hace que llegue al final del nevero pausadamente sin riesgo de estamparme con ninguna piedra.

Mi pareja hace lo mismo, se ayuda de su bastón y baja los 70 metros de nevero dando gritos de alegría.

Al final tuvimos adrenalina suficiente para llegar al coche ya de noche, sobre las 21h45.

Bien, hubo muchas cosas que hicimos mal ese día.

Entre ellas el hacer una ruta sin la formación necesaria ante imprevistos que puedan surgir.

Más tarde supe que hay una cosa que enseñan en cursos de alpinismo que es la técnica de autodetención en nieve. Eso que hice yo sin querer y que gracias a dios me salvó la vida.

En el mundo profesional la cosa no es tan dramática.

Si no te formas tu vida no va a correr peligro pero tendrás menos oportunidades, cobrarás menos, trabajarás más horas para llegar a los objetivos o acabarás en el paro…

Mira, da igual si quieres aprender chino o física cuántica pero no dejes de formarte. Yo desde luego cada año aprovecho para seguir aprendiendo. El próximo domingo por si te sirve te contaré en qué me voy a formar yo este 2023.

Y si lo que quieres es aprender CRO el 20 de febrero se abren las plazas de la segunda edición.