Este email va de comportamiento conductual y cómo en una migración se fueron decenas de miles de euros por el retrete… CADA DÍA.
Pero empecemos con la historia de la nutria.
Llegó a un santuario de animales con un miedo atroz al agua. Algo paradójico para un animal que está a remojo la mayor parte del día.
Imagina la magnitud del problema.
Esta nutria con fobia al agua no podía ser libre. No era capaz de pescar peces, lo que la mantendría a base de pienso en el santuario el resto de sus días.
Pero los veterinarios aplicaron tácticas de comportamiento conductual.
Poco a poco fue perdiendo miedo al agua y se recuperó hasta ser capaz de zamparse los peces de dos en dos.
Tienes el vídeo aquí:
youtube.com/watch?v=9O9BWgp5Ypw
Este vídeo me hizo acordarme de un proyecto.
Una migración web donde todo era nuevo, todo diferente, todo más bonito y funcional.
¿Y qué pasó?
Que la conversión se desplomó a la mitad.
¿Por qué?
Porque a veces los usuarios necesitamos que nos traten como a esta nutria.
Que nos introduzcan los cambios de poco en poco.
Que casi ni lo notemos.
Así lo hacen empresas como Amazon o Booking (puedes chequear como sus cambios son inapreciables en archive.org)
Tiene su lógica.
Si lo que antes estaba aquí ahora está allí, y lo que pasaba cuando hacía “x” ya no funciona y ahora resulta que si toco un icono me aparece “y”… acabo mareado perdido.
La carga cognitiva se dispara (cognitive load por Nielsen).
Y cuando llegamos al tope, rebotamos.
Al final, al igual que esa nutria no podía pescar, la mitad de los usuarios eran incapaces de comprar.
¿Solución?, validar los cambios previamente con test (no solo test AB).
¿Cómo?, aplicando CRO.
¿Dónde aprender a hacerlo?, en cro.school.
Novedades próximamente.
Descágate la guía PDF «Cómo mi gata me enseñó CRO»
En ella te cuento cómo aplicar dichos conocimientos a tu estrategia de email marketing.
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